Mad max: furia en el cine

Muchos este año creían que iba a ser el año de Los Vengadores, debido al estreno de la segunda parte de esta publicitada reunión de los mejores superhéroes de Marvel. Sin embargo, tras el estreno hace unas semanas de La era de Ultron, lo que más se ha podido leer en los sumideros cinéfilos es decepción. Podéis leer mi opinión de la película en este mismo blog, pero hoy no me voy a repetir ni voy a desgranar en un extenso escrito las razones por las que Joss Whedon no ha podido repetir el éxito que consiguió con la primera Los Vengadores (2012), si no de esa película estrenada hace poco más de una semana, y de la que tampoco se esperaba demasiado, y ha terminado siendo LA PELÍCULA DE ACCIÓN DEL AÑO en lo que llevamos de 2015: Mad Max: Furia en la carretera.




tom hardy en una escena de acción de Mad Max
Alguna de las espectaculares secuencias
de acción de la película
Para quien no lo sepa, Mad Max es una trilogía de los 80 protagonizada por un joven Mel Gibson (si, el mismo de Braveheart, 1995) y dirigida por el australiano George Miller, todo muy de la tierra. Estaba ambientada en un mundo post-apocalíptica en el que, por ejemplo, la gasolina es uno de los bienes más preciados, por encima incluso del agua. Mel Gibson era primero un polícia que buscaba venganza por la muerte de sus seres queridos, y en sucesivas continuaciones, un "caballero errante" que impartía justicia allá por donde iba.

En esta cuarta parte ya no aparece Mel Gibson, si no que está protagonizada por otro actor de las antípodas, Tom Hardy (el Bane de la última de Batman). En esta cinta Max continúa vagando por el mundo desértico para ser apresado por unos locos dirigidos por Inmortan Joe. Allí conocerá a Imperator Furiosa, que no es otra que una espléndida Charlize Theron. En el resto de papeles secundarios, podemos ver un interesante Nicholas Hoult (Bestia en las nuevas X-men) o cualquiera de las "hembras" usadas por Inmortan Joe para procrear, como suena. La verdad es que los verdaderos protagonistas de la función son Charlize y Tom, el resto están simplemente correctos en sus papeles.

Tom Hardy y Charlize Theron mirando a cámara
Tom Hardy y Charlize Theron, los protas de la función
Sin embargo en esta película -también dirigida por George Miller- el verdadero protagonista es la acción. Es una de las obras cumbres de la década del género de acción, y sin exagerar lo puedo decir. La historia de por sí es más simple que una piedra: persecución de punto A a punto B, y luego de vuelta al punto A. Lo que pasa en medio, las escenas de diálogos (que son cuatro mal contadas) no importan salvo porque ayudan a definir un poquito a los personajes. Lo que importa aquí son las escenas de acción, las persecuciones en coche-camión-moto-cualquier otro transporte con ruedas. La suciedad del desierto, el fuego de la gasolina y la sangre de los muertos, es lo que define esta película.

Inmortan Joe y sus secuaces en una escena de la película
Alguno de los pintorescos personajes
Parecerá mentira o no, pero es muy difícil describir la sensación que produce ver esta película en un cine, en pantalla grande. La espectacularidad de las secuencias de persecución y el realismo de las mismas (no en vano a Miller le gusta usar pocos efectos especiales) son algo que pocas veces se ha visto en una película. La única sensación que produjo en mi, el estado anímico al que me llevó, fue el de estar flipándolo. La verdad es que no se podría haber rodado mejor. La fotografía de la película, tan de colores vivos, y los personajes, que para lo poco que hablan están perfectamente descritos, es una película minimalista por muchos de sus elementos, y por otro lado una obra grandilocuente por su espectacularidad. De contrastes. Muchos directores actuales deberían tomar nota de como dejar boquiabierta a la platea sin necesidad de florituras e impresionantes efectos especiales. Aquí todo se reduce al realismo y a la brutalidad.



También es muy interesante la lectura social de la película, más allá de la acción en sí, que está basada en la sociedad distópica donde la humanidad se ha perdido bastante. Quedan pocas personas cuerdas en esta sociedad, e incluso los protagonistas no terminan de estarlo del todo. Con cuatro pinceladas define dicha idea, no todos pueden ser tan concretos con tan poco tiempo o líneas de diálogo para mostrarlo. El diseño de los personajes además, es completamente delirante, merece la pena pararse a mirarlos.

No me he vuelto loco describiendo la película, es simplemente así. Lo poco que puedo decir de la misma, es que vayáis al cine a verla. No recuerdo cuantas veces habré dicho esto en una crítica, pero sinceramente, merece la pena pagar los 7, 8 euros o lo que haga falta para ir al cine. En serio.

XOXO SoldieRyan

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