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| Los protagonistas de "Ocho apellidos vascos" |
Aprovechando las diferencias culturales que hay en nuestro país, y que uno puede ver dándose un simple garbeo por toda la geografía autóctona, se pueden sacar multitud de ideas brillantes, comparando a gallegos con catalanes, madrileños con andaluces o valencianos con extremeños. Es literalmente, una fauna. Lo que nuestros Aguirre, Aznar, Bono, Revilla o Junqueras representan, no es más que un fiel reflejo de los polos opuestos que cohabitamos todos en España.
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| España, vista desde fuera |
A la diversidad cultural, hay que sumarle el radicalismo de dos sociedades tan distintas como son la vasca (radicalismo, pueblerismo de montaña elevado al cubo y rural) y la andaluza (postureo, mucho "palique", poco que trabajar, etc) en su máximo apogeo. Y si a todo esto, que ya de por si parece un chiste del tipo de "van un vasco y un andaluz y..." tan del estilo del malogrado Eugenio, le sumamos lo que han traído las generaciones 2.0, es decir lo hipster y todo lo moderno que se mueva gracias a Twitter (ese hashtag #ochoapellidosvascos), Facebook, Instagram o YouTube (de ahí han salido secundarios de la película), tenemos un caldo de cultivo para elaborar un guión que de tan facilón que es, resulta hasta 100% efectivo. Pura dinamita cronometrada. Todo funciona como un reloj. No hay más que ver que hasta han empezado a comercializar rutas turísticas por Euskadi, para visitar los lugares donde transcurre la película.
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| Emilio Martínez Lázaro, dirigiendo a sus protagonistas |
Los actores, unos brillantes en sus papeles Dani Rovira (echadle un ojo a sus monólogos desternillantes) y Clara Lago (perfecta para el papel), junto a los "padres" Karra Elejalde de ella y Carmen Machí de él. Lo macho vasco de Elejalde, con la gracia andaluza de Machí, un claro ejemplo de como los polos opuestos funcionan a la perfección. La película no es más que un retrato exagerado de lo que somos, y es que por eso ha hecho tanta gracia y ha cosechado tanto éxito. No en vano, es la película española más taquillera de la historia, y ya se prepara una segunda parte. Todo esto, orquestado por Emilio Martínez Lázaro (director de la también recomendable El otro lado de la cama), director experto en comedias, y con una campaña de promoción, que se ha orquestado prácticamente sola en las redes sociales, ya que prefiero no contar como campaña de publicidad la machaona de Telecinco.
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Si la gente sale tan contenta de una película, o ha disfrutado con ella, siente la necesidad de compartirlo con los demás, y eso es lo que ha pasado con esta que nos ocupa. Nadie en los anuncios nos ha dicho: id al cine a ver esta película, que es maravillosa. La gente ha ido a verla porque sus familiares, amigos, conocidos, les han dicho: id a verla, merece la pena. Esa es otra de las virtudes de la misma, conseguir que sean los círculos personales de amistades y familia las que se recomienden la película, porque es algo que todo español merece ver.
Después de tanta crisis, corrupción, manifestaciones, consultas ilegales, parece que España también sabe hacer algo más que ocupar portadas de periódicos y titulares de noticias de forma negativa, y nos apetece evadirnos de todo esto que representa ahora la mal usada "Marca España". Porque España también es "Ocho apellidos vascos", y por eso, ha tenido el éxito que merece. Y yo que me alegro.
A ver si las productoras toman nota y dejan de bombardearnos con toda la basura española que sacan a diario, y se empiezan a preocupar de hacer productos un poco más decentes que simplemente nos hagan pasar un buen rato, y reírnos orgullosos de ser españoles.
XOXO @SoldieRyan
PD: disculpad, la semana que viene espero poder volver a retomar las críticas de Juego de Tronos
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