Hoy en la nave del misterio: la pureza de la izquierda

Hace unos días, en una de esas noches de aburrimientos, me dispuse a ver un programa de Cuarto Milenio de esos que hay colgados por ahí. Sí, es cierto. De vez en cuando veo la Nave del Misterio. Sus programas son cuanto menos educativos e interesantes. Educativos porque, normalmente, en esas largas tertulias que prepara Iker, siempre hay un lado de la mesa que tiene el punto de vista acorde a la realidad. Interesante porque uno es capaz de ver aquello que dicen de que la fe mueve montañas. Ese fue el caso del programa que vi hace unos días. Hablaban de los Annunakis ni más, ni menos y, unos se empeñaban en afirmar que veníamos de series reptiloides de otro planeta, y otros afirmaban con conocimiento de causa, es decir, pruebas y datos corroborados que esa teoría era cuanto menos ciencia ficción. Al final Iker acababa la tertulia dejando este mensaje sobre la mesa "Cada uno que crea lo que quiera". No hace falta decir que me recorrió una sensación de indignación e incredulidad al oír esto. Aunque uno no puede dejar de ver un fiel calco de la realidad de nuestra sociedad, y un paralelismo con lo que es la izquierda hoy en día. Porque jodidos lectores, hoy en día ser de izquierdas significa más creer en unos principios, atrincherándose en una posición inamovible de como deben ser las cosas, cual defensor de la existencia de los Annunakis, que en una persona que profesa unos principios los cuales tiene que buscar una manera de aplicar.




¿Qué es la izquierda hoy en día? Pues la respuesta es sencilla. Es un compendio de posturas que se separan por no coincidir en las formas para alcanzar el poder y cambiar el sistema, pero que comparten un mismo fin. Un fin que podemos contemplar en esa proclama de la revolución francesa "Libertad, igualdad y fraternidad". Podemos irnos a la revolución de EEUU si preferimos, pero prácticamente los principios son los mismos. La izquierda pretende precisamente llevar esos tres pilares conceptuales a sus últimas consecuencias, y que no se queden en un simple lugar común del pasado.

Atrás quedó la imagen de personas como Lluís Companys, del que por cierto, la semana pasada hizo 74 años de su muerte a manos de los nacional-catolicismo. Companys, a día de hoy, es un referente para la izquierda, seas del partido que seas. Él, como muchos otros de la época, fueron capaces de sumar, de negociar posiciones y vislumbrar un proyecto común independientemente de las siglas y la forma de concebir la realidad. Prueba de ello es la Declaración de Independencia de 1934, que el otro día comentábamos. Desde su propia visón, defendiendo la particularidad identitaria de Catalunya, invitó a todos los pueblos de España a federarse en un estado. Claro que eran otros tiempos, la conciencia de clase estaba más presente en el pueblo español. Las divergencias entre las distintas corrientes de izquierdas eran menores, y estas eran capaces de ceder en sus posiciones para llegar a un acuerdo común que les diera el poder para moldear la sociedad.

Salvador Allende
Tampoco pasan desapercibidas figuras como la de Salvador Allende. Su ejemplo también marcó un camino, y un precedente durante toda la Guerra Fría. Era la primera fuerza socialista, temida por EEUU, que llegaba al poder mediante un proceso democrático. Era un precedente, salvando a las socialdemocracias europeas, que luego comentaremos, puesto que antes sólo habían conseguido llegar por medio de las armas para después imponer un estado de excepción constante. El terrible final de Allende en Chile explica, en parte, porque se hacía imposible configurar el socialismo de otra manera. Sin embargo, Allende llegó al poder, por lo que se denominaría después la vía chilena al socialismo, consiguiendo precisamente unificar las fuerzas de izquierdas. Consiguiendo llegar a un acuerdo con ellas.

Símbolo de la SocialDemocracia
La socialdemocracia europea de después de la Segunda Guerra Mundial, pese a que muchos disentirán conmigo postulándose en posiciones inamovibles, y en parte, eso es lo que critico, también marca un precedente. Por primera vez, en parte por lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, y por otro lado, porque se quería evitar acabar como la URSS, nace un estado del acuerdo de todas las partes. La socialdemocracia no es la conquista del poder por la izquierda, es el compartimento del poder entre la derecha y la izquierda. Es la legitimación de la izquierda por parte de la derecha como ente válido para gobernar y gestionar un estado. Es un acuerdo entre posturas totalmente opuestas. Que eso ocurra le da estabilidad a un estado.

Filósofo argentino
Si algo nos enseñan estos tres sucesos históricos es que la pureza de la izquierda no existe. Pese a que muchos intenten presumir de ello, dándole un valor político para conseguir un pequeño apoyo, es inútil y hace más daño que beneficio. Divide a la izquierda y la  incapacita para enfrentarse a la derecha. Esta inútil disputa por demostrar la total integridad de nuestros principios, no sirve para alcanzar el poder. Es cierto, morirás imperturbado, sin haber prostituido todo aquello en lo que crees, totalmente fiel a tus principios. Pero todo aquello en lo que creíste, y ahora parafrasearé a Blade Runner, se perderá como lágrimas en la lluvia. Una idea no se puede juzgar por su éxito o su fracaso si jamás se llega a aplicar.

Sin embargo, si algo nos enseñan todos estos hechos históricos es que se llegaron a aplicar. Puede que ahora, desde nuestra perspectiva del presente, creamos que fue un fracaso por como se desarrollaron los hechos. Pero lo bueno no quita lo valiente. Esos acontecimientos nos mostraron que la identidad nacional es un arma de la derecha para engañar a los pueblos y apoyar sus intereses, pero que esta también pudo servir a Companys a defender sus principios y un proyecto común con el resto de pueblos de España. Porque Allende consiguió llegar por la vía democrática al poder, y dentro de los estándares de la democracia liberal, cuando la teoría marxista decía que hay que llegar mediante la revolución de los trabajadores, y luego implantar lo que algunos catalogan como democracia socialista. Porque la socialdemocracia europea será un híbrido compuesto por reformistas, y todo lo que muchos puristas quieran afirmar, pero fue un híbrido que consiguió traer un sistema más igualitario y digno para la sociedad y, sobretodo, fue está quien consiguió que la derecha reconociera a la izquierda como una fuerza política capaz de gestionar un estado. Y esto son evidencias visibles, son datos objetivos que deberían servir de lección para todos nosotros, especialmente, porque lo que ellos consideraban más cercano a la utopía, también fracasó estrepitosamente y también se ha de analizar. Ahí está el caso de la URSS y su descomposición, de la China que funciona según las reglas del mercado, etc, etc. Tampoco eran perfectos estos sistemas políticos.

Y yo me pregunto ahora, que defiendes tú: ¿la existencia de los Annunakis o los datos empíricos?

Saludos jodidos a todos.
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