Exodus: ni de dioses ni de reyes

Sir Ridley Scott es un maestro del cine. No hace falta que siga intentando hacer una obra maestra de baratillo para impresionarnos. Es el responsable de películas como Blade Runner, Alien el octavo pasajero o Gladiator (película que marcó mi infancia de forma irremediable). Palabras mayores, que se dice pronto, a ver quien de vosotros puede decir haber hecho algo así. Tiene más joyas por supuesto, quien quiera más información que se tome un momento para buscar en Google (si, esos que nos han retirado el servicio Google news gracias a nuestro gobierno).

La semana pasada se estrenó en cines Exodus: dioses y reyes, la última del señor Scott. La película narra la historia archiconocida de Moisés y como consiguió liberar al pueblo hebreo de la tiranía de Egipto que los tenía sometidos como esclavos. En esta nueva vuelta de tuerca, los guionistas han decidido darle un toque más realista a la historia, justificando algunas de las cosas que narra la Biblia sobre esta pasaje. Aquí quizás radica el principal problema de la película, pero no nos adelantemos, primero me gustaría remarcar las cosas buenas, que las hay.

No deja de ser un espectacular blockbuster en el que tiene que lucir cada dólar de los millones que se han invertido, la verdad es que en este caso los millones lucen de forma maravillosa. La reconstrucción de Egipto es magistral, te crees cada detalle que aparece en el palacio del faraón, de la vida de los pastores de cabras por el desierto y en los barrios más pobres de la región. Cada plano está lleno de detalles. Se nota que hay bastante esfuerzo por querer reconstruir Egipto a ojos del espectador y hacerle viajar al pasado. Quitando esto, que lógicamente era lo menos que se puede esperar de semejante producción, la épica de la película tal vez está algo forzada con repetidos planos aéreos, que la mayoría de las veces parecen puestos para lucir decorado. El trabajo de los actores, destaca sobretodo por un entregado Christian Bale como el líder salvador Moíses, del resto, lógicamente Joel Edgerton como su antagonista-hermanastro Ramsés también se lleva un buen rato en pantalla, aunque está algo más flojito. El resto, teniendo en cuenta que hay nombres de la talla de Sigourney Weaver, Ben Kingsley o John Turturro, poco pueden hacer para unos papeles la mar de simples. María Valverde pasa por ahí, lo mismo que el protagonista de la premiada serie Breaking Bad, Aaron Paul. Este Moíses es un superhéroe que hace de todo: desde combatir como un ninja, a dar una arenga de 2 frases para que todos le sigan como un rebaño, a inventar la guerra de guerrillas, se hace todo demasiado fácil para él. Lo aceptas, porque sabes que tiene que pasar y así está escrito.

Comentaba más arriba que el problema radica en el guión, y es que la película no pretende mojarse en cuestiones teológicas. La representación de Dios en la película es muy inteligente, por la originalidad del comportamiento de éste, sin embargo quitando este detalle, el resto pasa todo demasiado deprisa, hay saltos temporales absurdos, y sobretodo las relaciones con los personajes son como son porque así también está escrito. Resumiendo, la sensación de que las cosas tienen que pasar porque sí impera durante toda la película. No obstante, si tenemos en cuenta el hecho de que no pueda ser una molestia que nos sepamos la historia te animas a verla, tampoco es una decepción. Es una de esas que luce bien en el cine, y que merece la pena ver en una sala. Hay planos realmente espectaculares y conseguidos, y es que Ridley Scott tiene mano ahí y se nota.

Respecto al punto más crítico de la película, la verosimilitud que intenta aportar a una historia como esta, resulta un poco absurda. ¿Que clase de lógica puede tener la muerte de los primogénitos en una sola noche? Juega a la ambigüedad con Moíses mientras conversa con Dios; ¿realmente ve a alguien con quien dialogar? O simplemente está loco? La escena de las aguas, la famosa escena que inmortalizó Charlton Heston en aquel clásico de los años 50 dividiendo las aguas con su cayado, precisamente en esta Exodus sufre de este mal. Al no querer casarse con la fantasía, ni poder justificarlo todo, queda espectacular en pantalla el modo en que Scott lo resuelve, pero es demasiado ambiguo. Si decides realizar una historia como esta, abrazas la fantasía del relato, creo yo. Nadie espera que Moíses sea una historia sin detalles fantásticos, veáse por ejemplo la misma Noé, estrenada este mismo año.

Creo que merece la pena verla en el cine, no es un empacho de cine religioso, para nada, ya que el tema de la fe apenas se toca, y si que es una película espectacular aunque de ritmo un tanto irregular. Vamos, que Christian Bale es el *uto amo.

PD: la BSO (vamos, la música) es de un español, el compositor Alberto Iglesias, que no hace un mal trabajo

XOXO SoldieRyan

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