Uno sabe que el mundo está tremendamente jodido cuando se tilda de nazismo puro a la práctica del escrache. Claro que la esperanza no se puede perder porque estas palabras salen de boca de políticos del PP. Porque la mayoría de la población sabe que la veracidad y coherencia de dicho partido está como la economía española, es decir, hundida, y en este caso no iba a ser distinto. A la vista está que los que nos gobiernan no deben saber ni lo que es el nazismo, ni la situación en la que vivimos, pero este post no va sobre ellos, sino de los escraches y de la situación que vivimos. Ellos ya demasiado protagonismo tienen en los medios.
Aunque algunos ya sabréis lo que es un escrache, creo necesario explicar en que consiste esta práctica que ha estado adoptando la PAH. El escrache es un tipo de manifestación pacífica en la que un grupo de ciudadanos se dirige puesto de trabajo o domicilio de una persona a la que se le quiere denunciar. Este acto nació en los años 90 en Argentina contra los torturadores de la dictadura que no pagaron por sus crímenes, y que impunemente seguían viviendo en el país y en muchos casos trabajando para el propio estado.
Dicho esto, la práctica del escrache se deviene como un instrumento que tienen los ciudadanos para conquistar derechos que se le niegan, o para denunciar las injusticias que se cometen contra los derechos teóricamente ya conseguidos. Del mismo modo que son un instrumento las huelgas, las manifestaciones y en los casos más extremos los atentados, guerra de guerrillas o otros tipos acciones que sirven para presionar. Hasta ahí la comparación puede llegar a ser válida, pero no puede pasar de ahí. Porque el escrache a diferencia de los atentados o las guerras de guerrilla es de carácter pacifista. No utiliza la violencia física, ni mucho menos mata a nadie. Es muy importante tener claro esto pues si algo se está intentando es deslegitimar porque son violentos. Sin embargo, la realidad está siendo mucho más poderosa que la propaganda, y esa batalla dificilmente la ganarán por mucho que ladren.
Es por ello que el escrache, a pesar de su intento de criminalización, está ganando la partida: por la realidad. Porque la realidad de este país es aterradora. Según datos del Banco de España se entregaron a la banca 39,167 viviendas como resultado de procedimientos de ejecución hipotecaria en 2012. En otras palabras, porque se se deshauciaron. Más de un 25 % de paro en nuestro país. Sin hablar de la precariedad laboral de parte de la población activa. Esta es la realidad de nuestro país, y estas son esa clase de situaciones las que rompen la propaganda, las que legitiman un movimiento y la praxis del escrache. Ya que no debemos olvidar que en otros contextos, esta situación legitimaría incluso la violencia física porque esta sería la única manera de conseguirlo. Y que lo cataloguen de violencia no deslegitima, porque son los principios y valores en última instancia los que pueden desempeñar ese trabajo.
Por ello, no puede quejarse ninguno de nuestros representantes cuando se utiliza este método para presionarles. Ya que la población a pesar de todo está siendo demasiado benevolente con ellos. Por mucho que durante esos escraches se puedan ir las cosas un poco de las manos utilizando el arte del insulto para vejar a la persona que los ha condenado. Pero especialmente no pueden quejarse porque los que ya no tiene la soberanía de toda la ciudadanía que les da poder para cambiar el sistema son ellos. Y si no saben asumir la responsabilidad de haber perdido ese apoyo que les daba el poder, y que ahora utiliza otras vías para que hagan lo que prometieron, que SE JODAN, acepten los escraches y actúen en servicio del país y no de las élites económicas.
Saludos jodidos de Balcerx
Saludos jodidos de Balcerx
Se empieza por el escrache....y acabaremos muy mal, y si no, al tiempo. La gente esta muy harta de este gobierno de hijos de perra y están actuando. La ley hipotecaria de este país es de vergüenza ajena y no se como no se prohibió mucho antes. Espero que este movimiento no se rinda y singan luchando contra la gente que dice ser nuestros lideres, y que se llenan la boca hablando de que buscan el bien ciudadano y no el de sus bolsillos.
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