Después del largo parón de verano, y ciertas disputas con algunos integrantes del grupo, volvemos con las pilas recargadas. Y que mejor manera de volver que hablando del tema más polémico del momento: las reclamaciones soberanistas de Catalunya.
Cómo ciudadano catalán ciertamente estoy un poco harto ya del temita. Los medios de comunicación hacen un bombardeo constante sobre ello. Parece un método de distracción para evitar hablar del otro expolio, que ni independentistas, ni españolistas tratan: el de clase. No obstante, a pesar de acudir de espectador, y algunos de protagonistas a este circo, me gustaría tratar con un poco de objetividad el tema y con menos sentimiento.
En nuestro país, España, porque aunque algunos no lo consideren su país lo es, hay una rancia tradición que pasa de generación en generación a ejercer la democracia. De ahí que tengamos los casos de corrupción que tenemos, de ahí que el parlamento funcione como funciona, y sobre todo, de ahí que se estén poniendo tantas trabas al derecho a decidir de Catalunya. No sé que miedo hay a ejercer la democracia, y dejar que el pueblo catalán ejerza un derecho que está recogido en la declaración de los derechos humanos. Pero claro, es lo que tiene que nuestro actual régimen haya sido formado por el heredero de Franco y sus secuaces. Castilla la vieja sigue gobernando España y eso parece que no vaya a cambiar nunca. De ahí que tampoco cambie su actitud en tema como este, que se solucionarían amistosamente y dando una buena imagen. Sin embargo, en este conflicto soberanista estamos viendo que hay de todo menos amistad.
Tampoco quiero dejar de lado a aquellos que sacan esteladas hoy. Realmente el independentismo de Catalunya me parece un fenómeno cultural del momento del que algunas personas mal intencionadas se están aprovechando. Ese es el caso del gobierno de nuestra Generalitat, que con el discurso bien aprendido y recitado del expolio fiscal han conseguido movilizar a una gran parte de la población catalana. Claro que lo que no se dice es que estos mismos son los que pactan políticas de recortes con los mismos que están en contra de que nuestro territorio sea una nación ¿Se pueden tener opiniones distintas en lo que a territorio se refiere, e iguales en economía? Por supuesto que se puede. Pero en nuestro caso se ha estado jugando la baza de que España nos roba dinero con esa cuota que tenemos que aportar los catalanes a las arcas públicas. Y así se justifican los recortes. Hacen recortes porque España les roba, y España recorta porque Alemania aprieta, y así sucesivamente. Todo tiene un sentido lógico si lo enfocamos así. Eso sí, nuestras élites gobernantes no asumen responsabilidades por sus actos que si cuestan vidas y proyectos de vida de miles y miles de catalanes. Es decir, que nuestros políticos escurren el bulto para llegar a un objetivo, y este es en definitiva exhimirse de responsabilidades. Sin embargo, lo más maquiavélico es haya una voluntad de que se hable de esto y se creen chivo expiatorios para que no se hable del verdadero problema: el expolio de clase.
A pesar de que hay voces que ya claman al cielo por ello, sigue sin ser el objetivo de nuestra sociedad. El expolio de clase es el dinero que le roba una clase a otra. En este caso, el que le roban los ricos a los pobres. Si algunos creíamos que la plusvalía era lo único que nos extirpaban esos peces gordos, estabamos equivocados. Porque el expolio de clase también contempla lo que llamamos fraude fiscal, y si de algo hay tanto en España como en Catalunya, es fraude fiscal. El Sindicato de Técnicos de Hacienda (GESTHA) cifró que el fraude en España estaba alrededor de los 42000 millones de euros al año, y Catalunya defraudaba nada más y nada menos que 16000 millones de euros al año. Un dinero que han tratado de no mencionar los que hoy quieren abanderar el proyecto soberanista acudiendo al expolio fiscal. Ironías de la vida, estos que lo quieren abanderar son del lado de los que llevan acabo este expolio de clase, y a la vista está que su partido está metido en tramas de financiación ilegal. Como sus "enemigos" de Madrid. Será que al fin y al cabo CiU y PP la misma mierda es. Sin mencionar otros tantos partidos que dicen que son de izquierdas pero luego no lo son, y ahí han dejado el legado de sus políticas que no distaban tanto de los antes mencionados.
Llegados a este punto mucho de los que habéis seguido leyendo os preguntaréis que quiero decir con todo esto. Pues que Catalunya debe tener ese derecho a decidir su destino, por eso yo no me niego a ningún tipo de referendum vinculante. Pero que cuando se vote no hagamos como los borregos que miran al dedo en vez de lo que se señala. Que pensemos que este gobierno, y ahora hablo del de la Generalitat, no quiere la independencia porque crea en ella, quiere la independencia para purgar sus errores, y la prueba de ello es su financiación ilegal, sus pactos en el Parlament con los que no quieren la independencia, su posibilidad de combatir el fraude fiscal y no hacerlo ¿Quién nos asegura que cuando Catalunya sea independiente esto no seguirá pasando? Nadie, porque aunque nos duela todo cambiaría para que no cambiara nada. Su modelo de país no distaría demasiado del actual, y yo no votaría a favor de él. Quizá si el proyecto lo lideraran otros mi voto sería positivo, pero así no. No participaré en ese circo.
Saludos jodidos de Balcerx ;D
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