A propósito de Carulla

Mi tatarabuelo fue el fundador del PSOE en su pueblo. Durante la guerra civil tuvo que irse porque gente del partido que fundó quería salir a cortar las cabezas de los fascistas que habían dado el golpe de estado. Él no era partidario de esa clase de actos y se fue de su pueblo. Aunque si hubiera sido yo hubiera salido a cortar cabezas. Sin embargo, el tomó la determinación de abandonar su pueblo para irse a Ecija donde tenía familia y no corría peligro de ser acusado de traidor o alguna cosa así por sus camaradas. Al llegar allí se encontró que su nuevo hogar estaba lleno de mujeres, sin ningún varón presente. Por lo visto, un día llegaron los del bando nacional y se los llevaron a todos, incluido un sobrino de 14 años que tenía. Aún a día de hoy su paradero es desconocido, aunque todos sabemos lo que pasó. Fueron ejecutados por su ideas políticas, y algunos incluso simplemente por pertenecer a su familia. Una de las tantas tragedias que ocurrieron durante esa guerra civil que la memoria histórica de nuestro país intenta recuperar a contra corriente.

Tampoco fue muy agradable la historia de mi abuelo y mi abuela cuando tuvieron que tomar la decisión de dejar su tierra para buscarse la vida en Catalunya. Además mis abuelos cargaban con 4 hijos y 1 hija, mi madre. Mi familia materna no era la única que emigraba hacia una tierra donde se le brindarían oportunidades. Había más. De hecho se había convertido en una constante por aquellos tiempos. Los cacíques no apretaban, ahogaban y la gente buscaba un salvavidas. Me explicaba mi madre que recuerda aquel viaje muy explícitamente. Ellos viajaron en tren aunque muchos otras lo hicieron a pie porque no tenían dinero para costearse el viaje. Mira por donde, mi familia nunca llegaó a la estación. Resultó que se tuvieron que bajar del tren antes de llegar y caminar por las vías poniendo en peligro sus vidas ¿El motivo? En la estación esperaba la policía ansiosa para coger a todos los que pudieran y meterlos en la cárcel aplicando la famosa "ley de vagos y maleantes", y por las mismas, cuando salían, devolverlos a su lugar de origen. Se jugaron los cuartos para llegar a esta tierra, a la que es cierto que le deben gran parte de sus vidas.

Una vez aquí la vida pasó y los hijos crecieron. Uno de ellos, mi tío, tuvo problemas con la ley. En un lugar, que se conocía como Casino Cultural, quedaban él y más jóvenes para saber que podían hacer. Conocieron a García Nieto, ese cura al que la Biblioteca de central de Cornellá le debe el nombre. La doctrina nacional-católica debió fallar con él, pues resultó ser del bando de los perdedores. Para variar esta historia tampoco es de las que pintan felices. Su militancia subversiva para el estado fue descubierta, y se armó la gorda. Cuando aquello ocurrió, el que hoy es alcalde de mi ciudad, les visitó para ir coger las octavillas que escondía y contarles que mi tío estaba en prisión. Debió mirarle un tuerto, porque al bajar se topó con la Guardia Civil que lo detuvo y mandó al calabozo de paso. Después la polícia subió a casa de mis abuelos y a punta de metralleta puso a toda mi familia contra la pared, y empezaron registrar la casa y ponerla patas arriba. No encontraron nada, pero se llevarón los papeles de la lavadora que mi abuela jamás volvió a encontrar. Esto sucedía cuando mi madre tenía 7 años, llegó a Catalunya con 3. Ellos como tantos otros lucharon por traer la democracia a este país militando en la izquierda clandestinamente. Una democracia que hoy en día nos parece insuficiente y que emerge de un sistema agotado y corrupto, pero que trajo a pesar de todo, tiempos prosperos para nuestro país, y que a pesar de ese españolismo rancio que sigue habiendo le dio a Catalunya la oportunidad de rescatar su cultura, sus tradiciones, su lengua.

¿Por qué escribo esto os preguntaréis muchos? Pues porque unas declaraciones de la actriz Montserrat Carulla me han jodido bastante. En ellas ponía de manifiesto varias cuestiones a mi juicio equivocadas y con muy mala intención.


Afirmaba que la Guerra Civil tuvo como objetivo someter al pueblo de Catalunya, como si el resto de pueblos de España no hubieran sido sometidos. Como si fuera una cuestión única de odio hacia lo catalán, que lo había, y no fuera hacia unos valores que estaban representados en aquella desdichada República.

Acusaba a los emigrantes que abandonaron su tierra de colonizadores castellanos. Como si la necesidad que pasaron en su lugar de origen, el riesgo que corrieron para llegar a Catalunya y la lucha que hicieron muchos de sus hijos por esta tierra, en parte, no existiera.

En resumidas cuenta, como si el monopolio del sufrimiento por esa maldita guerra lo tuvieran sólo Catalunya, y sobretodo, como si la guerra no fuera un ensayo de la Segunda Guerra Mundial en lo que se refiere a la lucha contra el fascismo, que es lo que fue, sino un ajuste de cuentas contra Catalunya.



Pues para ella y la burguesía catalana, que tanto les gusta hacer sangre de estas cuestiones trampeando la historia, casi tanto como a esas élites castellanas que nos llevaron a la tregedia del 36, entre otras, va lo siguiente:

Durante la Guerra de Cuba, donde Cuba luchaba por su independencia, se enviaron tropas de toda España para salvaguardar los intereses que la burguesía catalana tenía allí. Por aquel entonces si intersaba ser español y dorarle la píldora al corrupto gobierno de la restauración.

En la guerra civil española fue la burguesía catalana, que tanto le gusta ahora abanderar la causa independentista desde el victimismo, quien se puso del bando de los nacionales. Curiosa postura cuando los 40 años después veríamos un defenestración de la lengua catalana. Claro que eso explica que fuera Machado, Hernández y Lorca quienes murieran como consecuencia de la guerra, y no el pintor surrealista, al que tanto veneran, por ser un sucio vendido. No me malinterpreten, para mi Companys fue un héroe y otra víctima más. Pero lo que está claro es que algunos que son el orgullo de este pueblo, como Dalí, no parecía importarles nada lo que el franquismo hizo con Catalunya, y el resto de España.

Tanto para usted, como para la burguesía catalana, debo ser un charnego de mierda. Aunque lo que piensen de mí me importa más bien poco. Estoy a favor del derecho a decidir, aunque vosotros habléis del derecho a la autodeterminación, del que por cierto, también estoy a favor. Si Catalunya mañana tuviera que ser independiente lo asumiría y seguiría conviviendo con los ciudadanos de esta tierra como si no hubiera pasado nada, porque la voluntad de un pueblo no se puede ni ignorar, ni negar. Pero lo que no le consiento es que manche la memoria ni de mi familia, ni la de este país con sus tergiversaciones históricas. Si guarda algo de dignidad retráctese o explique lo que quería decir con esas declaraciones. Porque su contestación hacia el Salinero sólo me ha parecido que era por rencillas personales y no porque se arrepintiera de sus declaraciones
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