El camino de la incoherencia: las primarias, la última bala en la recámara.

Hace varias semanas cambiamos de jefe de estado, y por desgracia, no ha sido a elección de todo el pueblo español. Ya veis, cosas que pasan. En algunos lugares se elige a dedo, en otros se elige en urnas, y en otros países es una carrera de espermatozoides la que se gana el derecho a la jefatura. La nuestra ha podido experimentar las tres, aunque parece que el maratón hacia el ovario es lo que se ha impuesto. En cualquier caso hoy no vamos a hablar de monarquía o república. Al menos no en términos de debate ancestral. Hablaremos de la incoherencia de quienes son repúblicanos y defienden la monarquía española. Esos que durante un tiempo se catalogaron de juancarlistas y ahora deben ser felipistas porque sino yo no me lo explico.



El PSOE es ese partido que dice ser de izquierdas a la par que aplica políticas típicas de la derecha neoliberal. Vease cuando se rescataron los bancos, se subió el IVA, se hizo un reforma laboral que precarizaba al trabajador. Una derecha más amable, sí, pero derecha al fin y al cabo, derecha. Claro que dicha amabilidad es una apariencia más para justificar lo injustificable. Somos de izquierdas en cuanto a principios, pero de derechas para gobernar porque cuando se gobierna hay que respetar a todos los ciudadanos y también hay ciudadanos de derechas. Y así va la cosa, que somos un chiste para el ciudadano medio porque no somos capaces de definirnos en una línea política para después seguirla.

Lo mismo pasa cuando nos vamos al debate monarquía o república. El PSOE es de principios republicanos de toda la vida, y quien cuestione es un imbécil rematado. El problema es que el imbécil deja de serlo cuando pasan cosas como las ocurridas hace poco. El PSOE que "parecía" que iba a escuchar a sus bases, recordar sus principios y encontrarse consigo mismo, volvió a hacer lo de siempre: "gobernar". Gobernar sin estar en el gobierno porque está en la oposición, pero gobernar en el sentido más estricto de la definición de esos "genios de la política". Su argumento es claro: "Somos republicanos pero entendemos que en España hay una mayoría fiel a la monarquía (datos sin constatar, porque para constatarlo habría que hacer un referéndum), y como somos puramente demócratas (de cara a la galería, porque luego la democracia interna es como en todos los partidos, un mito) votamos conforme a lo que quiere la mayoría". Así se votó, en favor de Felipe, a la abdicación de Juan Carlos. Ese es el argumento estándar para justiciar que el PSOE se ha convertido gracias a sus cúpulas en un partido de régimen, que se ha aprovechado de sus lagunas y que no está dispuesto a cambiarlo y renunciar a lo que éste le ha dado. Lo mires por donde lo mires, todo te lleva a eso.



Un partido, como un sindicato, o como una asociación, se debe a los que la componen. Por tanto, el PSOE se debe en primer lugar a sus militantes. Ellos son los que hacen el trabajo sucio en campañas. Los que se comen poner carpas y pegar carteles. Del mismo modo, son ellos los que deberían en asamblea, aunque luego esta sea más un mero instrumento de imagen que de decisión, decidir la línea del partido. Sin embargo, los militantes, en realidad, son simples obreros que obedecen las directrices que marcan las cúpulas. Por eso muchos de los que se han dado cuenta de eso, o que han dicho hasta aquí, se han largado. Porque ellos no participan en la toma de decisiones, ellos no eligen las directrices, ellos sólo obedecen. Su opinión para lo único que acaba sirviendo es para que gente de fuera de la organización se burle de ella, a la vez que le instigan a dejar el partido. Ser del PSOE es eso, es admitir que tú tienes unos principios y trabajas para unas personas que no te dan la posibilidad de plasmarlos en una realidad. Por eso se hunde el PSOE, porque en primer lugar sus votantes están decepcionados con lo mostrado, y en segundo lugar, porque mucha gente de esa base ha empezado su exilio particular dejándole sin el capital más importante que había tenido siempre: el humano.

Así está el PSOE, lleno de repúblicanos en las bases, y de pro régimen en sus cúpulas. Podríamos hacer un análisis del por qué de esta situación, pero sería entrar en un círculo vicioso que muchos han repetido miles de veces. Lo que está claro, es que si este partido quiere salvarse, debe volver a escuchar a sus militantes, desvincularse del régimen, y seguir los principios que siempre le habían caracterizado. Si se es republicano, se es republicano de cara a todo el mundo y en todos los lugares. No importa gobernar o no, no importa lo que supuestamente piense una "mayoría" sin constatar. Para eso están los referéndums, para que las mayorías se pronuncien. Del mismo modo pasa con nuestra políticas económicas. Si es de izquierdas, se es de izquierda siempre. Es obvio que en este juego se ha de tener en cuenta a la derecha, puesto que en la derecha es donde suelen estar los que poseen la riqueza, pero nunca doblegándose a su voluntad. Hay que negociar, hay que intentar que las leyes se configuren para que sean justas, y qué una vez configuradas todos las cumplan. Pero hasta ahora, lo único que se ha hecho es jugar a no ser nada en concreto, y cuando no se es nada en concreto, se acaba siendo nada.

En estos momentos, el PSOE está en plena campaña de primarias y yo le aconsejaría todos esos nuevos candidatos que recuperaran sus principios, pero sobretodo, la coherencia. Para conseguir todo esto se va a necesitar tiempo y dar ciertos pasos. La cuestión es ¿Serán más de lo mismo, o realmente quieren refundar el partido?.

Saludos jodidos a de Balcerx
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