Sí pero no, y no pero sí...

Hay entes políticos que hacen de la ceguera una nefasta virtud. Este es el caso del PSOE que a menos de un año de las próximas elecciones generales se permite el lujo de anunciar a los cuatro vientos su discapacidad ante la realidad que les envuelve. Y no, dogmáticos podemitas que ignoráis que Podemos será una versión del PSOE 2.0, no lo digo por todas esas memeces que váis soltando sobre el pueblo y la casta.

Rajoy después de este apretón de manos se descojonó en casa.
El PSOE parece que ha terminado de cavar su tumba y está cincelando la lápida que le acompañará en el cementerio. La última gran estupidez la vivimos hace unos cuantos días. Todos sabemos ya que el PSOE no está a favor de la Cadena Perpétua, pero firma Pactos de Estado que la contemplan, y luego lo llevan al constitucional para eliminar esa parte que incluye la pena. La prensa se encargó muy bien de explicarlo, a pesar de la insultante pedagogía que intentó hacer el PSOE posteriormente, arguyendo que habían sido víctimas de un ataque de los medios. Un ataque de bipolaridad, tripolaridad o como queráis llamarlo, pero que sin duda los va a catapultar a la cima desde donde tienen pensado tirarse.

Esto es lo que sucede cuando juegas al sí, pero no y no pero sí.
El PSOE sigue en caída libre. Su triste intento por cambiar la imagen del partido poniendo a una persona joven y ha fracasado estrepitosamente. Durante un breve periodo de tiempo, cuando en el aire se percibía aire nuevo, la cosa mejoró. Se empezaron a tomar medidas simbólicas que fueron bien acogidas: ejercicios de transparencia, deshacerse de algunas frutas podridas (hoy sin ir más lejos, ha echado a Tomás Gómez), etc. Obviamente no soy un dogmático, pienso que estas medidas por simbólicas que sean, y a veces incluso necesarias, por aquello de que hay gente que torpedea las posibilidades de cambio, hay que valorarlas positivamente. Pero eso no es suficiente para un partido que debería aspirar a gobernar y cambiar la situación. Desde que Pedro Sánchez salió elegido, no se ha percibido más cambio que el de sus acciones políticas dentro del partido. Lo cierto es que el PSOE parece huerfano de ideas para crear un programa innovador y que revierta los problemas estructurales de nuestro país. Algo coherente, aplicable y que ilusionara. Todo ha sido postureo, pura ilusión óptica, o en su defecto, una postergación de luchas internas. Sea cual fuere la naturaleza de dichas medidas, han vuelto a conducirle al PSOE al camino del sí pero no, del no pero sí, atravesando la carretera que les lleva hacia ninguna parte, donde todo cambia para que no cambie nada. Pedro Sánchez está gastando todos los cartuchos que quedan, y ya se ha disparado en un pie.

¿División interna?
Sin embargo, para muchos militantes del partido parece ser que la renovación ya está hecha. Para otros, lo único que ha cambiado es la apariencia. No obstante, cuando esas voces discordantes que hay en el partido muestran su disconformidad y critican acciones como las del Pacto Antiyihadista, sin contar otros, son catalogados de revanchistas madinistas que quieren ver a Sánchez destruido para poder ocupar el "ansiado trono". Es cierto que la noticia de ayer, ha abierto todavía más la caja de Pandora. Por lo visto, Madina criticó que Pedro se disparará al pie con el Pacto de Estado, y en consecuencia es un vil traidor oportunista. Resulta que por criticar semejante maniobra política es un hombre que perjudica la unidad del partido. Ahora resulta que el PSOE que siempre se había declarado en contra de la Cadena Perpétua, comete está esperpéntica actuación con el Pacto de Estado Antiterrorista, y criticarlo es atacar la unidad del partido ¿Desde cuando la cúpula debe pensar por los militantes? ¿Desde cuando se ha de aceptar sin rechistar esta clase de maniobras? Por ese mismo pseudoargumento de conservar la unidad, cualquier partido de la oposición debería aceptar las políticas del gobierno, ya que hay que conservar la unidad del país ¿No?

El PSOE delira. Apela a una realidad que ya no existe, cae en múltiples contradicciones, y las quiere camuflar con conspiraciones internas dentro del partido, o con campañas sensacionalistas de la prensa. Todos, tanto militantes como cúpula están abocados a un espíritu de autodestrucción. Pero me gustaría recordarles varias cosas, para haber si así de una vez abandonan su delirio.

La unidad no se consigue a la fuerza, se construye. Desde la lucha, desde el intercambio y la puesta de ideas en común, desde la participación en todos los órganos de la organización política. No se construye aplaudiendo estupideces de una cúpula cegata, no se construye señalando a los que critican las acciones de la cúpula. A lo mejor intentando debatir si el Pacto de Estado es bueno o malo se gana más que selañando a los individuos. Pero lo que se está haciendo ahora sólo afianza la desunión, no se permirte el debate en el campo de las ideas, de lo abstracto y se crean las rencillas personas que se crean. Aunque por lo visto, la disidencia con las malas decisiones es un ataque hacia las personas, y en consecuencia, una muestra de debilidad del partido.

Por otro lado, la renovación del PSOE no pasa solamente por cambiar a un hombre mayor con tics nervioso por un Don Juan que guiña el ojo y posturea por encima de sus posibilidades. Eso sólo afecta la imagen de la superficie. La renovación pasa también por las ideas, por tener un proyecto diferente al que tienen el resto de partidos, y sobretodo, que ha tenido siempre el PSOE en estos últimos años para España. Y ahí entra acabar con los problemas estructurales de nuestro país. El proyecto que debería haber salido con Pedro Sánchez a la cabeza tendría que haber dado respuesta a problemas tan graves como la dualidad laboral de nuestro país, la endémica corrupción de nuestro sistema, que no pasa por cambiar de políticos, sino de eliminar condiciones que convierten la política en un nido de buitres, etc, etc. Pero nadie se quiere dar cuenta de ello, y siguen con los mismos tópicos de siempre. Si se fuera más reflexivo, menos visceral y menos dogmático con el seguidismo hacia los líderes se darían cuenta de que ningún partido, ni si quiera el PSOE 2.0, ha tratado de solucionar estos graves problemas con medidas que no se hubieran usado ya antes.

Pero eh ¿Quién soy yo para decirle al PSOE lo que debe hacer? Si se quiere seguir por el camino de la autoinmolación volviendo a la infinita estúpidez de las nefastas estrategias electorales, adelante, que el espectáculo continúe. Además siempre quedará la "unidad", eh caballeros.

Saludos jodidos de Balcerx
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